En principio el turismo de células madre sería algo lícito y correcto si usted viaja para conseguir un aumento de seno o glúteos, o para formar parte de un ensayo clínico para diabeticos que se realiza en España. En el primer caso el tratamiento estético tiene un precio pero es un procedimiento seguro y eficaz. En el segundo, se trataría de un ensayo clínico gratuito, en el que usted es informado por médicos expertos que está asumiendo un riesgo. Pero estos ejemplos de turismo de células madre son poco frecuentes.
Lo que sucede de forma habitual es que se venden online terapias milagro que no han sido probadas. Los pacientes pueden pagar decenas de miles de dólares para los procedimientos que pueden llevar ninguna promesa de éxito - o llevar a graves riesgos de fracaso. En cierta medida es normal porque las personas que lo hacen muchas veces están enfermos y no han encontrado soluciones en la medicina oficial. Por ello se centran en intentar cualquier cosa para salvarse. Esto es especialmente trágico cuando se trata de niños enfermos y padres desesperados que pagaría lo que fuera para que sus hijos puedan vivir.
En algunos países, casi todo vale. Casi la mitad de los tratamientos con células madre se producen en China, pero México y Rusia también han creciente sectores. Algunas clínicas han llegado tan lejos en sus tratamientos experimentales que no dudan en inyectar la médula ósea en bruto (sin realizar extracción de las células madre) en el cerebro para tratar lesiones cerebrales. Otras veces las terapias alternativas que reciben para activar las células madre son inocuas, pero tan inútiles como tomarse un baso de agua.
No está claro cuánto daño estos tratamientos no regulados están causando a los turistas médicos a causa de la ausencia de una regulación. Por ello Timothy Caulfield, de la Universidad de Alberta y Allen Petersen en la Universidad de Monash en Australia, están estudiando las motivaciones y los efectos del turismo de células madre.
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